23 diciembre 2011

LA AUTORIDAD (II)

Todos hemos visto revueltas a lo largo del mundo, unas con mayor intensidad que otras. La Revolución de Egipto es un claro ejemplo de ello, donde se derroca a Mubarak, se convocan elecciones y se da la soberanía al jefe del ejército del país. ¿Os habéis dado cuenta del engaño? Efectivamente, es más de lo mismo y solo el tiempo lo mostrará.

Ocurre algo parecido a lo que ocurrió en España después de la Dictadura. En la transición se crean multitud de partidos, y por supuesto, los que estaban en el seno de Franco también lo hicieron para mantener el poder, y así sucedió. Nos implantaron una falsa democracia basada en la ley d`hont donde los votos no valen lo mismo, y en un sistema de partidos que siempre están en la cima los mismos gracias a los medios de comunicación que unas veces favorecen a uno (PP), y otras veces al otro (PSOE) según los resultados electorales. Y nos damos cuenta ahora, cuando las cosas van mal, y así nos va.

Como vemos, el poder sigue estando en las manos de los de siempre, porque el que crea que el PSOE es socialista y obrero, está muy confundido. La Burguesía nunca ha sido obrera. Y el PP sigue en su línea conservadora heredada de Alianza Popular, nacida de los Ministros de Franco, y ahí teníamos a Fraga hasta hace nada.

Por lo tanto, siguiendo un proceso lógico, queda claro que nos han introducido disputas para que la gente que estamos abajo nos ataquemos y nos movamos de izquierda a derecha e inversamente. Cuando el verdadero problema es arriba y abajo, las diferencias sociales y las de oportunidades. Mientras las autoridades se llenan las arcas, recortan las del pueblo. Y si este se subleva mínimamente, ya están los cuerpos de seguridad del Estado para apaciguar los ánimos a base de golpe la mayoría de las veces frente a una sociedad educada bajo unos principios morales universales y coherentes con la condición humana (exceptuando a los grupos aislados radicales).

¿La solución? Es muy compleja y muy pocos la tienen, pero opino que lo que necesitan los ciudadanos es un cambio de mentalidad contra lo establecido. Hay que ir contracorriente, hay que ser inconformistas. De esta manera los de arriba no se arriesgarán y poco a poco irán enderezando sus actuaciones.

Pero hay que tener muy presente una idea, la de que todas las revoluciones a lo largo de la historia, las han promovido desde la burguesía, incluso la Revolución Francesa, aquella que luchaba por los derechos y libertades de las personas. Cuidado.

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